A 71 años de la muerte de Evita Perón, la abanderada de los humildes y enemiga del poder
Su fallecimiento generó congoja en los sectores populares y algarabía en las clases acomodadas. El rol de Evita en el gobierno de Perón fue clave para la conquista de los derechos de las mujeres- impulsando el voto femenino, por ejemplo- y en la conformación de sindicatos para organizar al movimiento obrero. Inició su militancia en la Asociación Argentina de Actores.

Un día como hoy, hace 71 años, fallecía Eva Duarte de Perón, Evita, conocida popularmente como «la abanderada de los humildes«. Su figura ha sido clave en la política argentina tanto por su influencia en el gobierno de Juan Domingo Perón, su esposo y presidente, como por su impronta a favor de las mayorías.
La muerte de Evita generó congoja en los sectores populares y algarabía en las clases acomodadas. Durante 16 días, del 27 de Julio al 9 de Agosto de 1952, miles de trabajadores y trabajadoras peregrinaron para despedir a la mujer oriunda de la localidad de Los Toldos, en la Provincia de Buenos Aires.
Hija del estanciero Juan Duarte y la puestera Juana, hermana de Blanca, Elisa, Erminda y Juan, Evita viajó a Buenos Aires en 1935 para iniciar su carrera artística. Allí participó de películas y radioteatros y con los años militó en la Asociación Argentina de Actores y luego presidió la Asociación Radial Argentina (ARA), lo que confirmó su vocación política-social desde la militancia gremial.
Fue en 1944 cuando Evita y Perón se conocieron. Ocurrió tras el terremoto en San Juan, cuando el por entonces Secretario de Trabajo y Previsión organizó un festival en el Luna Park para recaudar fondos para las víctimas. A partir de entonces comenzaría su relación.
Si bien Perón y Evita convivían antes del 17 de octubre de 1945, cuando se produjo la gran movilización ciudadana que permitió la liberación del Coronel que marcaria un antes y un después en la historia, recién después de ese hecho se casaron por civil y luego por iglesia.
Luego de la asunción de Perón como Presidente de la Nación en junio de 1946, Evita asumió un papel relevante en el Gobierno: promovió la defensa y ampliación de los derechos de las mujeres, fundó el Partido Peronista Femenino e impulsó la concreción de nuevos sindicatos a partir del fluido diálogo con el pueblo trabajador.
Con el pasar de los años Evita, a quien le detectaron los primeros síntomas del cáncer de cuello uterino, lideró la conquista del voto femenino. Así, el 11 de noviembre de 1951 las mujeres argentinas votaron por primera vez en elecciones libres. La fórmula Perón-Hortensio Quijano se impuso con el 63,40% de los votos.
Evita sufragó desde la cama de un hospital en la localidad de Avellaneda, donde había sido operada. La foto quedó grabada en la historia. Más tarde, el 20 de Julio, la CGT organizó una misa en el Obelisco para pedir por la salud de «la Jefa Espiritual de la Nación«, como fue declarada por esos días.
Antes de morir, Evita le dijo a Perón: «No abandones nunca a los pobres, Juan, son los únicos que saben ser fieles«. Pero el 26 de julio la mujer de apenas 33 años entró en coma.
«Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación», comunicó tristemente el locutor Jorge Furnot en cadena nacional.
Se declaró un duelo que se extendió hasta el 11 de agosto. El país se paralizó y sus restos fueron velados en el Ministerio de Trabajo y luego en el Congreso Nacional, por donde desfilaron miles de personas para despedir a «la abanderada de los humildes».
Finalmente un médico español realizó, en la sede de la CGT, un tratamiento para embalsamar el cuerpo de Evita para construir posteriormente un mausoleo. Un mausoleo que no pudo ser porque fue interrumpido el orden democrático.
Tras el Golpe de Estado de 1955 contra Perón, el cadáver de Evita fue secuestrado y peregrinó durante años por distintos lugares, hasta que recibió sepultura con la falsa identidad de una monja en un cementerio de Milán, Italia. Fue una venganza de las clases pudientes que destilaban odio anti-peronista.
Recién en 1971 los restos de Eva Duarte de Perón, Evita, fueron entregados a Perón mientras se encontraba exiliado en España.
(E.F.)